miércoles, 11 de julio de 2007

CUIDADO DE LA MEMORIA

La pérdida de memoria es una amenaza siempre presente para los adultos mayores. En ella influyen:
La angustia y la depresión, el aislamiento y la inactividad.
Alcohol y medicamentos que pueden interferir con la atención y, eventualmente, producir daño cerebral.
Mal estado general, con desnutrición, falla cardíaca o respiratoria, pueden repercutir sobre el funcionamiento cerebral.
Enfermedades cerebrales: Alzheimer, lesiones vasculares o de otro tipo.
Para mantener la memoria deben evitarse estos factores que la amenazan, por una parte, y, por otra, debe mantenerse la actividad cerebral. Esto significa interesarse y pensar en lo que lo rodea, adquirir nuevos intereses, evitar la rutina. Es necesario interactuar con otras personas, saber qué sucede en la vida de sus familiares y amigos, colaborar en las tareas de la casa, de la comunidad o de los nietos.
Muchas veces es posible aprender o adquirir nuevas habilidades: seguir un curso, integrarse a un grupo de teatro, aprender jardinería o repostería.
La actividad de la mente puede mejorar su memoria, estar interesado en hacer algo es bueno para el cerebro.
El buen estado general favorece al cerebro.
Una agenda puede ayudar a compensar una pérdida de memoria leve.
Si la memoria falla mucho, consulte médico.

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